viernes, 31 de diciembre de 2021

La enseñanza, el logos, la dialéctica y la ciudadanía. Un serio problema

 

La enseñanza, el logos, la dialéctica y la ciudadanía. Un serio problema

 

Los filósofos de la Grecia clásica inauguraron conceptos como logos (conocimiento, razonamiento, inteligencia, conciencia) y dialéctica, entendida esta como la superación del conocimiento a través del diálogo y la confrontación entre partes (más tarde sería adaptada por Hegel y Marx a la filosofía del siglo XIX), incluso podemos concederles el término ciudadanía, que más tarde se moderniza con la dialéctica, la lucha de clases y el logos ilustrado de la revoluciones liberales del siglo XIX, destacando la francesa. Pero será en el siglo XX cuando el concepto de ciudadanía se extienda a la mayor parte de las sociedades humanas.

Heráclito

Pero estos tres conceptos están en peligro porque la base de la sociedad, la enseñanza, los está denostando, debido a un cambio de paradigma. Porque este no es un artículo sobre filosofía, sino sobre la enseñanza del siglo XXI, al menos en España.

Quiero lanzar una reflexión acerca de esta cuestión, que no es baladí, y que creo se está extendiendo. El proceso a que me refiero lleva en marcha desde hace unas décadas, puesto que se puede decir que se origina como consecuencia de los cambios en el modelo productivo de la sociedad a principios de los 80 del siglo pasado, pero no vamos a entrar en este asunto tan complejo. No obstante, es en el siglo XXI y en la última década cuando se ha agudizado la tendencia a la que me refiero.

Sintiendo ser categórico: “no existe compromiso educativo con la sociedad, con el futuro de esta, ni con los jóvenes por parte de una gran cantidad de docentes, administraciones y direcciones de centros educativos, ni de la UE”.

El compromiso de la administración, de la UE y de los centros educativos no es el de enseñar sino el de aprobar convirtiendo en técnicos a los profesores y maestros, para que aprueben a la inmensa mayoría del alumnado, dando igual sus aprendizajes y habilidades desarrolladas. Los docentes lejos de poner en cuestión esta situación obedecen. La enseñanza que recibe el alumnado es acrítica, nada reflexiva, ni contiene ética, logos, ni un concepto de desarrollo de la ciudadanía en plenitud.

Nos centraremos, en este caso, en el docente, a un tiempo inocente, trabajador, infantilizado, desorientado, cómplice (consciente o no) y colaborador de la administración. Es el que tiene menos culpa, pero el que tiene una mayor responsabilidad ética y cívica con el alumnado. Lo que lo hace vulnerable ante la administración, al tiempo que responsable con el futuro de la sociedad y de sus alumnos. No obstante, haremos alusiones a las administraciones y a los centros educativos.

La escuela de Atenas. Rafael

Existe un perfil de docente que empieza a tener una serie de caracteres cada vez más comunes, estos elementos lo convierten en un técnico de la enseñanza, dejando al margen su faceta de profesor de una materia e incluso de maestro. A estos técnicos, además, se le requiere que sean polivalentes. Digo más, se exige que sean técnicos administrativos, técnicos de los aprobados y criterios de evaluación, técnicos de la psicología, la pedagogía y el coaching, técnicos en novísimas tecnologías y aplicaciones que cambian cada año, técnicos en el uso de la plataforma Séneca, que da fallos habituales y adolece de múltiples carencias, errores y defectos, técnicos de la ludificación, del estímulo y de la motivación. En definitiva, trabajadores cualificados de un sistema que enfoca la enseñanza a materias, disciplinas y saberes cada vez más técnicos y menos reflexivos, críticos y filosóficos.

Veamos las dedicaciones actuales del profesor, profesora, maestro y maestra:

Técnicos en digitalización, aplicaciones y novísimas tecnologías. Muchos docentes ya confunden la introducción de la digitalización en partes del proceso educativo con el modelo ideal de enseñanza. No conciben esta tecnología como complementaria y como un recurso o herramienta más, sino casi la entienden como sustituta del resto de herramientas y recursos. La situación llega en algunos casos al punto de permitir el uso del móvil en clase; no en ocasiones aisladas, sino como algo habitual, sobre todo llegada la hora de realizar en clase prácticas, actividades o investigaciones.

La mayor decepción viene cuando en direcciones de centros educativos y reuniones de ETCP (Equipo Técnico de Coordinación Pedagógica) se claudica, permitiendo el uso del móvil. Doy fe.

Todo esto está dando lugar a que seamos cómplices e incluso que se fomente en el alumnado la falta de concentración, de reflexión, de memoria, la pérdida progresiva y peligrosísima de paciencia. En la sociedad del sobre - estímulo digital, de lo instantáneo y efímero, de la intolerancia a la frustración, del placer cortoplacista, de la respuesta rápida, de la volatilidad del momento, muchos docentes colaboran ya con esas patologías sociales que empieza a tener el alumnado e incluso los propios profesores (sobre todo jóvenes, los hijos de la última ESO). El alumnado se aburre ya con un vídeo de 10 minutos y nosotros colaboramos a ello fomentando lo instantáneo. Me he encontrado con aulas en las que el profesor usaba su móvil en su mesa, mientras hacían lo propio los alumnos con las piernas espatarradas o encima de la silla de al lado.

Esto está provocando que el alumnado desarrolle innatamente lo que neurocientíficos y sociólogos ya entienden como un cambio en el funcionamiento del cerebro, el cual está preparado para asumir varias tareas lectoras a la vez, pero por partes, a trozos y de forma simultánea. Lo que va en detrimento de la profundización, la paciencia, la memorización, la reflexión. De tal manera, que el alumnado sabe buscar y asumir varias lecturas, pero no es capaz de comprender, pues le falta lectura, tiempo de reflexión, conocimientos, uso de diccionarios. El alumnado actual es incapaz de terminar una página de un libro, sin decirte que la respuesta no viene en esa página. Sí viene, pero no son capaces de concentrarse para encontrarla, ni tienen paciencia para ello o no la comprenden, ni saben buscar en el diccionario en casa si no entienden algún concepto.

El uso de la tecnología es una herramienta de mejora de la educación, no una sustituta. ¿Es consciente parte del profesorado de lo grave del asunto?

Técnicos en burocracia. Desde hace ya más de una década se viene exigiendo al profesorado una serie de trámites de carácter administrativo y burocrático absurdos y estúpidos. La justificación de las direcciones de los centros es que lo solicita la inspección, la justificación de la inspección es que lo solicita la administración y la fundamentación de esta que lo dice la ley o que es necesario para mejorar la supervisión del alumnado y mantener informadas a las familias o utilizar esos datos para informes como PISA, o que lo recomienda o dictamina la UE.

La realidad es que el profesorado no sabe en qué medida es cierto que lo solicita la inspección o que esta hace su trabajo por exigencias de la administración. Pero lo que importa es la idea, un mantra o paradigma que han creado y que el profesorado asume sin cuestionarlo, obedeciendo sin más. En realidad, no es más que una fiscalización del trabajo del profesorado, que sería correcta si el objetivo fuera una preocupación por la calidad de la enseñanza, pero no es así; el objetivo es cansarnos hasta que aprobemos y así no tengamos que cumplimentar informes de alumnos suspensos. El profesor claudica, aprueba, pasa la mano y sube notas. He llegado a escuchar no pocas veces: “total, así me quito trabajo”, “así no reclama a inspección y me quito tener que venir en julio”, son sólo algunos ejemplos.

Cumplimentación de informes, de encuestas, revisión pormenorizada de ausencias y de absentismo, firma de compromisos educativos y de asistencia, realización o modificación, casi todos los años, de programaciones de departamento, elaboración de cuadernillo del profesor, a través de criterios de evaluación, gestión de la convivencia, atención a la diversidad con adaptaciones en Séneca, actualización de datos personales de las familias en Séneca, colgar tareas en classroom, tutorías y, en fin, un largo etcétera.

La situación llega a lo dantesco cuando el profesorado ni siquiera conoce sus derechos ni la legislación laboral que lo ampara o la que marca sus obligaciones; acaba perdido, desorientado y asumiendo todo casi sin rechistar. Estoy cansado de escuchar a profesores que afirman con frases ya peregrinas y arquetípicas: “le he colgado la tarea en classroom, así me curo en salud”, “le he puesto la fecha del examen en classroom, así evito luego problemas…”. No sé a qué problemas se refieren, puesto que no existe legislación ni normativa que obligue a colocar las tareas en ninguna plataforma de internet. Es absurdo, el profesor se siente culpable si no hace más trabajo del que debe, es más piensa que ya está casi obligado a realizar trabajos que ni le competen ni suponen que sea mejor o peor docente.

Más allá de la cuestión, encima, se está colaborando, en este último ejemplo, a educar al alumnado en la irresponsabilidad, el paternalismo, en el mimo. Le estamos diciendo al alumnado que no debe hacerse responsable, ni ser autónomo, que ya el profesor pondrá las tareas en la plataforma. Dando lugar a una educación basada en la fragilidad, la irresponsabilidad y la dependencia. Esto es una falta de respeto hacia el alumnado, al que se le concibe como un ser incapaz de gestionar su agenda.

Por otro lado, prosiguiendo, tras esta digresión, lo que ocupa en tiempo esta labor burocrática, informativa y administrativa resta espacio para dedicarlo a la piedra angular y centro de atención de la enseñanza: “el alumno, la materia y su didáctica”. Es decir, quita tiempo para seguir formándonos en la materia que hemos estudiado para ofrecer los mejores conocimientos actualizados, hacer clases motivadoras, al tiempo que reflexivas e interesantes, en las que el alumnado se implique y adquiera realmente los conocimientos y habilidades necesarias. Estos son: capacidad crítica, para poner en duda los errores y horrores de la sociedad humana, para construir un futuro mejor, adquirir autonomía, responsabilidades, paciencia y conocer y manejar la frustración. En definitiva, conseguir la ciudadanía en sentido pleno.

Técnicos en pedagogía, psicología y coaching. Es la moda, el caballo de troya de la nueva pedagogía, de muchos orientadores y de los gurús de la enseñanza posmodernos. Ya no somos profesores, somos animadores, psicólogos y motivadores. En realidad, los contenidos dan lo mismo, recuerdo un orientador que me decía algo así: “tenéis que dedicaros a hacer adaptaciones, la Historia es siempre igual, siempre se da lo mismo, no hace falta saber más Historia” (no es cita textual). Este compañero venía a expresar lo siguiente: ¿para qué un profesor quería leer, asistir a seminarios o formarse en su especialidad, si la Historia era siempre lo mismo? Espectacular, invitaba a la estulticia del profesorado.

Por lo tanto, lo importante es distraer al alumno con anécdotas, juegos y, además, tienes que sacar tiempo para atender al alumnado con necesidades específicas, cuando muchos son vagos reconcentrados o tienen una situación familiar tan complicada, que, aunque le adaptes la materia no se van a enterar de nada. Con lo que la exigencia, no debería de ser al profesorado que tiene 25 y 30 alumnos, sino a la administración para que baje las ratios, contrate personal profesional cualificado, monitores y educadores sociales que traten a esas familias. Vaya por donde, los gurús de la enseñanza, pedagogos y algunos orientadores, no exigen esto a la administración, ni la mayoría se manifiesta cuando se organizan protestas; sino que sobrecargan de trabajo y funciones a profesores que no tienen tiempo, espacio, ni formación para ello. Y no deben tenerlo, porque supone un intrusismo profesional en otras profesiones, llegado el caso, y un trabajo a medias, ya que no se da abasto.

Hay clases que se convierten, no todas, pero cada vez más, en un espacio de terapias, provocando la desatención al alumnado que quiere aprender o tiene menos necesidades educativas; perjudicando así a este último.

Esto provoca que se baje el nivel de todo el grupo-clase, con lo cual irán menos preparados, de lo que deberían a niveles superiores. Ya estamos viendo casos, no sólo por este motivo, sino por muchos otros que veremos, en los que el alumnado está llegando a bachillerato y a la universidad con un nivel paupérrimo. Esto da lugar a que las carreras universitarias progresivamente bajen el nivel de exigencia respecto a antaño y el título universitario no tenga tanto caché o valor como antes. ¿Qué supone esto? Que luego se exijan másteres para completar dicha formación, másteres a los que tendrán acceso las clases sociales más pudientes, o al menos acceso a los más caros, válidos o a tener más cantidad de estos. ¿Y qué supone esta situación? Que el alumnado vea la carrera como un trámite que no le asegurará un trabajo cualificado, sino que encima luego tendrá que sacarse otro idioma para tenerla o hacer no sé cuántos másteres que costarán una pasta, para acceder a un trabajo medio digno.

Porque, aunque digan orientadores y pedagogos que adaptarse a la diversidad no es bajar nivel de enseñanza o contenidos sino presentarlos de otra manera, eso no es cierto. Lo cierto es que al presentarle al alumnado de otra manera el contenido, se le están exigiendo menos habilidades comprensivas. No aprenderán a redactar igual, a reflexionar o pensar igual, y se le quitarán los contenidos y aprendizajes más profundos.

El problema es que, habiendo ciertamente alumnos que necesitan una adaptación, la tendencia es a ampliar la adaptación al alumnado que no tiene necesidades específicas, sino un clima familiar no adecuado o, que simplemente es un vago. De este modo estamos faltando al respeto al alumnado, minusvalorando su capacidad y premiando su situación sea de vagancia o desestructuración familiar. No importa, te premiamos, y como premio te haremos una adaptación. Es decir, lo estamos condenando a que tenga un nivel pésimo durante toda su vida y le estamos negando las herramientas que lo igualarán en conocimientos, aptitudes y habilidades al alumnado que no tiene ningún problema familiar, que posee un buen ambiente sociocultural en casa o que es buen estudiante.

Así el profesorado está colaborando con las desigualdades sociales y culturales; algo que supuestamente la educación pública debería erradicar. De este modo, nos encontramos Homo Sapiens sin ningún tipo de patología haciendo fichitas en 4º de la ESO (lo he visto). En las últimas reformas normativas se exige al profesorado que haga adaptaciones a alumnado repetidor o con materias pendientes, los cuales no tiene ninguna patología que indique necesidad educativa. Espectacular, se les premia la carencia, la vagancia, y encima se le minusvalora en sus capacidades físicas y psíquicas innatas. De este modo muchos te preguntan ¿por qué mi examen es más fácil?, sintiéndose los raros o los torpes. Y por más que indiquen que es una adaptación a cada necesidad, no es real, en muchos casos es tratar a un alumnado capaz como si tuviera deficiencias, condenándolo a asumir que no es igual a los demás.

Por otro lado, se fomenta cualquier habilidad que no sea ser pacientes, aprender a frustrase, pensarse, reflexionarse. Es mejor que no se aburran, porque leer es muy aburrido y frustrarte ya es horroroso. Así colaboramos a crear personas débiles emocionalmente, intolerantes si no tienen lo que desean, incapaces de gestionar situaciones complejas o dolorosas, etcétera. Esto deriva en que cuando llega un profesor que exige lo normal le hablan mal, le dicen que no sabe corregir, le merman psicológicamente, porque claro, el año anterior el profesor cool y colega les decía las preguntas del examen (doy fe).

Técnicos en aprobar y pasar la mano. Aunque ya he tratado el tema en el apartado anterior, he de añadir que mucho cuidado si suspende más del 40% del grupo en las evaluaciones informativas (primera y segunda); entonces es que el trabajador está haciendo mal su trabajo, algunas direcciones te darán un toque de atención bajo la máxima: “ten cuidado de que si al inspector a final de curso le da por intervenir…” Ya te están condicionando de entrada. Indirectamente te están diciendo haz el pino-puente si es necesario, baja el nivel, haz no se cuantas adaptaciones, que viene a ser lo mismo que regalar aprobados. Mi experiencia me dice que, si no bajas el nivel, el alumnado acabará adaptándose a ti y aprobarán muchos más a final de curso que los que aprobaban en la primera evaluación.

La libertad guiando a pueblo. Delacroix

¿Realmente a los centros e inspectores le interesa entonces que el alumnado aprenda y adquiera habilidades exigentes, que le capaciten para madurar y hacerse responsable, además de adquirir contenidos de la materia, o están dando lugar a que el alumnado asuma que no da más de sí y que la cultura no sirve para nada, ni la meritocracia, que lo mejor es la “cultura del pelotazo” y buscarse un oficio cualquiera?

La ecuación debe ser aprendo y, como consecuencia y en reflejo de lo aprendido, obtengo un número que resume ese aprendizaje. Pero el alumnado no lo entiende así, porque los centros, profesores y administración no lo promueven. Lo que marca el sentido común y la razón sería: aprendo, adquiero conciencia del mérito, y luego como consecuencia el resultado es un número positivo o un aprobado. Pero no, para PISA, la OCDE y las administraciones cuenta no la persona y su formación, sino el número.

El alumnado ya puede titular con suspensos, abandonando asignaturas. En las evaluaciones incluso se regalan aprobados por parte de muchos profesores, destrozando el trabajo docente de todo un año en un segundo. Incurriendo además en agravios comparativos respecto a otros alumnos. Engañando al alumnado, que se piensa ha adquirido los conocimientos y capacidades. Alumnos que llegan a bachillerato sin comprender frases simples o conceptos básicos. Y así, muchos, llegarán a la universidad.

No se pensó en el futuro de ese alumno o de la sociedad, de los futuros médicos, abogados, jueces, profesores, trabajadores cualificados o no, cuando se regalaba el aprobado. No se plantearon no engañarlo y respetar su capacidad y su ignorancia para exigirle ser mejor ciudadano en general, ayudándole a adquirir todas las capacidades posibles a las que podía llegar. Dándoles la oportunidad estupenda de repetir curso, madurar y adquirir lo que no pudieron el curso anterior. Repetir curso no es malo, es fantástico, maduras, adquieres más conocimientos, haces nuevas amistades (repetí segundo de BUP, probablemente gracias a eso hoy soy profesor).

A todos nos gusta aprobar, conste, y es normal ayudar llegado el caso. Pero es alarmante la proliferación y bajada generalizada de los niveles mediante aprobados espectaculares, en los que se pasa de un 3 a un 5. Lo peor es que, cuando llegas a la sesión de evaluación, tus propios compañeros ya han presionado al único que se mantiene firme en el suspenso porque han plantado cincos a alumnos medio absentistas o que no saben comprender lo que leen, ni saben escribir con sentido y coherencia un párrafo (lo he vivido). Y ahí te ves tú, que vas a ser el malo de la película y vas a “destrozar el futuro del chiquillo”, porque repetir es malísimo y muy frustrante…

Y, sobre todo, técnicos en obedecer. Llegamos al final y a lo más importante. Seamos obedientes, no pongamos en duda a los gurús de la enseñanza, no usemos los claustros para discernir o practicar la dialéctica sobre cuestiones éticas o que realmente importan para la enseñanza. El claustro debe ser una exposición o ponencia de los equipos directivos y el resto que escuche y si alguno habla es que está ya retrasando la vuelta a casa. Pon en duda al inspector, pero hazlo con un café en el desayuno a lo mucho, no se te ocurra la desobediencia civil o esperar a que venga el inspector o inspectora para plantearle tu criterio, porque vas a perder la partida. Esto es lo que se inculca desde direcciones, ETCP y desde claustros.

Se celebrarán muchos días con efeméride: el día de la paz, de los derechos humanos, de los discapacitados, el 8-M, el de la Constitución Española, etc. Pero cuidado, explicar que en España hubo 297 campos de concentración durante el franquismo puede ser peliagudo. No existe el día contra el fascismo o contra el franquismo, no existe el día por los derechos de los trabajadores. Curioso y paradójico. No existe el Día de la Memoria Histórica, porque es mejor aprender inglés o matemáticas que tener memoria o practicar la filosofía (sin ánimo de ofender a los profesores de dichas materias).

Por último, añadamos a todo lo expuesto, esas nueva neura de que los profesores no están bien preparados; después de una licenciatura, además de otros títulos, de una capacitación pedagógica y de unas oposiciones con pruebas teóricas y prácticas de cuatro horas y media redactando, además de una prueba de una hora delante de un tribunal exponiendo una didáctica y una programación. Por lo visto, no estamos preparados y hay que cambiar el modelo de acceso. ¡No!, ellos tienen que cambiar su ideología neoliberal, su filosofía de la posmodernidad y su mentalidad técnica y frívola y dotar de recursos a los centros y profesionales, no intentar que el profesorado sea el “hombre orquesta” para ahorrarse dinero público en contratar a personal diverso. Después de toda una vida estudiando con ilusión, para ofrecer al alumnado lo mejor, mejorar la sociedad y adaptándonos constantemente a cada familia y a la sociedad del momento somos “los incapacitados del sistema” porque hemos pasado una oposición que no es la adecuada.

Concluyendo, lamento profundamente esta reflexión, porque se que puede dañar en su orgullo a mucho docente y dirección de centros que puede pensar que está realizando un buen trabajo. Pero la hago desde el amor, el cariño y el sentir revolucionario que tengo hacia la enseñanza pública y mis alumnos. La enseñanza pública debe ser la que iguale y la que saque lo mejor de cada alumno; sobre todo, si estos vienen de clases sociales humildes. La educación pública tiene que ser la que empiece a construir ciudadanos revolucionarios que cambien la ciencia, la sociedad, el futuro, hacia algo mejor desde el punto de vista humano, medioambiental y animalista.

Sin logos, dialéctica y ciudadanía, en sentido pleno, estamos perdidos.


Autor/a: Violeta del Teide. Profesor/a de Geografía e Historia en ESO y Bachillerato.



 

 

 

 

 

 

 


sábado, 17 de junio de 2017

Lilia Litviak y "las brujas de la noche"

MUJERES EN LA HISTORIA


LILIA LITVIAK Y  LAS BRUJAS DE LA NOCHE

Durante las dos grandes guerras del siglo XX el papel de las mujeres no sólo fue el de cuidadoras, enfermeras u operarias de fábricas, hubo una minoría que se embarcó en otro tipo de desventuras. Me llama la atención sobre todas ellas Lilia Litviak.

Lídiya Vladímirovna Litviak (Moscú, 1921-Donestk, 1943), más conocida como Lidia o Lilia Litviak, «la rosa blanca de Stalingrado». Lilia formo parte del que fue el único regimiento de cazas aéreo cien por cien femenino de la Segunda Guerra Mundial. Se convirtió en la más famosa y reconocida piloto de la historia de la URSS. Ello fue debido a que se unieron varios elementos en torno a la persona de Lilia Litviak, que la llevaron a pasar a la historia mundial de la aviación y de la lucha contra el nazismo: la situación de la mujer en la URSS en los años 30, la personalidad y las circunstancias de esta chica, la II Guerra Mundial y el contexto social y económico de la URSS; factores estos que iremos viendo.

Lidia Litviak
No obstante, Lilia no fue más que una de tantas mujeres que sembraron el terror en las filas de los ejércitos nazis entre 1942 y 1945. Mujeres que gobernaron tanques, que fueron francotiradoras, artilleras, mecánicas, pilotos, etc. 

El contexto. La mujer en la URSS y la personalidad de Lilia.

En los años 30 del siglo XX en la Unión Soviética existió una gran admiración por la aviación, proliferaban muchos clubes de vuelo civiles a los que muchos/as jóvenes se apuntaban con entusiasmo, había una concepción de la aviación en algunas regiones soviéticas como la que pudiéramos tener actualmente de algún deporte rey en cualquier país. Muchas jóvenes se apuntaban a dichos clubes y eran admiradoras de Marina Raskova,  la heroína de la URSS que había conseguido volar como navegante de norte a sur y de este a oeste el país más extenso del planeta, pasando 10 días sola en las estepas de Siberia tras un accidente, condecorada como Heroína de la URSS, el máximo galardón oficial de este inmenso país. 

Por otra parte, el impulso económico basado en la planificación quinquenal de Stalin, la necesidad de potenciar la economía y de superar las crisis de racionamiento, así como el objetivo de hacer de la URSS la primera potencia industrial del mundo, llevaron a los dirigentes a impulsar una campaña propagandística para que la mujer hiciese todo tipo de trabajos y funciones sociales, implicando a toda la sociedad en los proyectos soviéticos sin distinción de género (esto ofrece una idea de que, en gran parte, el impulso vino más por una necesidad económica del Estado que por una reflexión feminista de los líderes del PCUS).

Si bien la participación de la mujer en la sociedad soviética era relativamente más activa e íntegra que en muchas democracias liberales capitalistas, no obstante, seguían existiendo patriarcado y machismo, y el llamamiento a la igualdad se hacía desde cánones prejuiciosos machistas aún. Era más una propagación de la igualdad desde concepciones masculinas, guiada por hombres, y no partiendo originariamente de un empoderamiento y auto-organización femeninas. Aun así, a mediados de la década de los 30 del siglo XX se dio nuevo impulso a la igualdad de género; se propagaron carteles y consignas desde las instituciones y organismos oficiales. El OSOAVIAJIM (Asociación de Ayuda a la Defensa, la Aviación y la Industria Química) potenció la consigna «mujeres a pilotar aviones», este era el organismo encargado de la formación deportiva y militar de la juventud.

A finales de los años 30 ninguna profesión estaba vedada a las mujeres en la URSS y en lo que nos atañe existían ya auténticas leyendas de la aviación femenina, era el caso de mujeres como Vera Lomako, Polina Osipenko, Valentina Grizodubova o Marina Raskova. Osipenko, por ejemplo, pertenecía a una familia campesina de pocos recursos, sin embargo su tesón y las posibilidades que se daban en la URSS para inscribirse en clubes de vuelo a las mujeres, facilitaron que esta chica saltase de ser una humilde empleada en una granja avícola a convertirse en piloto, profesión no más digna pero sí mucho más cualificada y valorada. Con 28 años contaba con cinco marcas mundiales distintas en altitud, velocidad y distancia, en distintos aparatos además.

En 1938 Osipenko, Valentina y Marina Raskova, se dispusieron llevar a cabo un proyecto muy ambicioso, al que parece no prestaron demasiada atención expertos pilotos masculinos; volar a lo largo de la URSS sin escalas, de oeste a este.

"La notable ambición de aquel nuevo proyecto dejó sin aliento a pilotos expertos. Si la Unión Soviética ocupaba más de una sexta parte del planeta, ellas habían resuelto recorrer casi la totalidad de su territorio europeo y asiático, desde Moscú hasta Komsomolsk del Amur -lo que suponía llegar casi al océano Pacífico-, en un vuelo de seis mil kilómetros sin escalas".
Vinogradova, L.: Las brujas de la noche. En defensa de la madre Rusia. Ed. Pasado y Presente. Barcelona, 2016.

El vuelo estaba programado para 24 horas de duración, pero las cosas se complicaron. Durante el vuelo el frío congeló el transmisor y el receptor, debido a que tuvieron que subir más de lo estipulado por motivos de inclemencias climáticas, para esquivar turbulencias y ventiscas. Tras 26 horas de vuelo, el avión, un bombardero grande llamado Patria, comenzó a quedarse sin combustible; se vieron obligadas entonces a efectuar un aterrizaje forzoso, pero antes Marina Raskova tuvo que saltar en paracaídas, pues su puesto dentro del avión estaba demasiado cercano al morro, que sería la zona más vulnerable en el aterrizaje forzoso que se disponían a realizar. Finalmente Marina saltó, las otras dos chicas se salvaron en el aterrizaje. Raskova estuvo diez días sola por los bosques de Siberia malviviendo, con tan sólo una tableta y media de chocolate, hasta que encontró el avión en donde estaban los pilotos, médicos y todo el cuerpo de expedición que estaba buscándola. Tras esta hazaña heroica, Marina, recibió la condecoración de Heroína de la URSS. Estas chicas batieron un nuevo record de permanencia sin solución de continuidad en el cielo soviético; se hicieron famosas y las jóvenes querían parecerse a ellas.

Lilia Litviak fue una de esas jovencitas que admiraban a estas mujeres. Natural de Moscú, era osada, intrépida, arrojada, valiente y con pundonor, no se lo pensó dos veces y quiso entrar en el cuerpo de cazas del regimiento exclusivamente femenino que estaba preparando Marina Raskova para combatir al nazismo. Además Lilia era una de esas chicas que no tenía los prejuicios propios de la mujer que nace en una sociedad patriarcal. Por otro lado, contaba con los ingredientes típicos de la juventud de entre 14 y 20 años; ilusión, arrojo, imprudencia, inquietudes. Con esas edades probablemente una no teme al riesgo, aunque se sea madura y consciente del mismo; las ganas de nuevas experiencias pueden a la prudencia, más si se añaden los rasgos anteriormente citados y los estoicos valores propagados e inculcados en la sociedad soviética. Su valentía, pundonor y arrojo no eran menoscabo para ser presumida, coqueta y distinguida, como lo demostró arreglándose su propio uniforme con los complementos que consideraba oportuno o pintando un lirio blanco en su caza. Dicho lirio hacía alusión a su nombre, que en ruso significaba lirio, este desde lejos era percibido como una rosa, de ahí el sobrenombre «la rosa blanca de Stalingrado», batalla ésta en la que se hizo famosa. Una mujer que buscaba la originalidad y el toque personal en todo momento y que se ganó más de una reprimenda por no respetar las normas de uniformización y estandarización castrenses. La mirada de Lilia, como se puede comprobar en sus fotos, era segura, profunda, desafiante, penetrante, como un cuchillo, y estoica.   

«En la parte alta de la palanca tenía grabadas las iniciales LL de Lilia Litviak, que rayó con un cuchillo un día que estaba de guardia. Sobre el panel de instrumentos había escrito del mismo modo «mamá». Los pedales de la carlinga estaban separados del suelo tanto como era posible, porque ella era muy bajita».

Vinogradova, L.: Las brujas de la noche. En defensa de la madre Rusia. Ed. Pasado y Presente. Barcelona, 2016.


                                                          
Lilia y sus compañeras

Nacida en Moscú, Lilia, se inscribió con 14 años en un club de vuelo. A los 15 pilotó por primera vez, a los 16 obtuvo su carnet de piloto deportivo y con 19 años ya era instructora. Cuando Lilia se enteró de que la comandante Marina Raskova había recibido autorización directa de Stalin para crear el primer escuadrón femenino militar de las fuerzas aéreas soviéticas, no dudo en ofrecerse voluntaria. Para poder ser admitida en el regimiento de cazas Lilia exageró el número de horas de vuelo, finalmente fue admitida, a pesar de que Raskova se percató de ello; la admiración hacia el arrojo de esta mujer llevó a Raskova a incluirla a pesar de todo.

Lilia y su caza
Lilia y las mujeres voluntarias que fueron reclutadas por la comandante Marina Raskova en el otoño de 1941 tuvieron que escuchar, ya en la reunión a la que fueron citadas en octubre para el alistamiento, ciertos comentarios propios de una sociedad machista, no acostumbrada a ver a mujeres empoderadas, a pesar de los avances en este aspecto que se iban haciendo en este país. El soldado rojo que escoltaba a las chicas hacia el palacio de Petrovski, en Moscú, donde las reunieron para explicarles cómo se desarrollaría el alistamiento, afirmó: « ¿Qué os creéis, niñas? Cuando os vean con el abrigo y las botas, no va a haber ni un sólo hombre que os quiera llevar al cine». Los uniformes que recibieron por primera vez no eran menores de una talla 40, los pantalones les llegaban al pecho y los escotes de las camisas al ombligo, las botas les estaban grandes, los muchachos que también estaban presentes para el alistamiento en otros regimientos se mofaban de ellas. Las mujeres, muchas sin conocerse aún, cada una venida de distintos lugares, con sus historias personales, con su formación particular, se miraban cómplices ante dichas situaciones. No sería la primera vez que asistirían a semejantes sandeces, en los siguientes meses siguieron sufriendo este tipo de comentarios indignos, hasta que se empoderaron progresivamente y tuvieron que rendirles pleitesía a muchas de ellas, acabando por ser auténticas heroínas, superando en gallardía, actitudes y aptitudes a muchos hombres, como era natural y como no podía ser de otro modo.

Estas chicas tras unos meses de formación e instrucción en un aeródromo de Engels, donde fueron trasladadas desde Moscú, fueron separadas a los pocos meses, unas fueron al regimiento de grandes bombarderos, otras a bombarderos semiligeros nocturnos, otras a cazas; aquí empezó a destacar nuestra protagonista, Lilia, en el  586º regimiento femenino de cazas.

Lilia, como otras muchachas, llevó a cabo sus primeras misiones en la retaguardia, en Sarátov, en el verano de 1942, tras una larga y paciente espera; espera debida, por un lado, a la necesidad de instruir a mujeres tan jóvenes, muchos temían por sus vidas al ser chiquillas, y, por otro, a causa del machismo imperante y el menosprecio de sus capacidades y aptitudes. Es por ello que, tras meses de instrucción y cientos de horas de vuelo, consiguieron las pilotos de caza emplearse en las primeras misiones en Sarátov, en labores de retaguardia. Aunque su ansia e ilusión por estar a la vanguardia, en el frente, les hacía frustrarse no pocas veces y maldecir a sus superiores por menospreciar sus aptitudes por motivos de género. Esto da una idea del arrojo de estas jóvenes.

En septiembre de 1942 Lilia, junto con su amiga y compañera Katia, seis compañeras piloto y otras mujeres de tierra, fue adscrita a una unidad masculina, que paso a ser mixta, ahora sí en Stalingrado, la zona más conflictiva; participando así en la liberación de la ciudad. El ardor guerrero, la gallardía y la entereza de estas mujeres les llevaban, en lugar de amedrentarse o angustiarse a medida que se acercaban al frente, a sentir orgullo y alegría de servir fraternalmente a su pueblo contra la ocupación nazi.

Las grandes victorias de Lilia

Fue en Stalingrado donde Lilia empezó a destacar, derribando sus dos primeras «presas nazis». Una de estas victorias fue de las dos más sonadas de su trayectoria, el derribo del Messerschmidt que pilotaba el as de la aviación nazi Edwin Maier, condecorado con tres cruces de hierro y con once victorias a sus espaldas. Este piloto logró salvar su vida lanzándose en paracaídas, siendo atrapado como prisionero. Maier pidió ver a quien lo había derribado, su sorpresa fue mayúscula al comprobar que había sido una niña menuda de 20 años.


Algunas grandes batallas de Lilia y sus compañeras.
Fuente: elaboración propia mediante Google Earth

Otra de las grandes victorias de Lilia fue en mayo de 1943 estando ya en una unidad de élite, el 9º regimiento de cazas de la Guardia. Se presentó voluntaria para derribar un globo de observación artillera protegido con poderosas baterías antiaéreas. Estos globos se usaban para indicar a la artillería los blancos a los que atacar de manera más precisa. Era peligroso acercarse a ellos para derribarlos por su protección antiaérea y su cercanía al frente alemán. Lilia decidió cometer un acto de imprudencia y heroicidad para poder destruirlo, ya muchos otros pilotos masculinos habían fracasado en el intento. La maniobra era casi kamikaze; Lilia decidió atacarlo por detrás, es decir tuvo que recorrer decenas de kilómetros bordeando la línea de frente y esquivando las baterías antiaéreas alemanas, finalmente logró su objetivo de forma inconmensurable destruyendo el globo.

La mecánica de Lilia afirmaba lo siguiente:

«Algunas veces, los hombres pilotaban el mismo avión que Lídiya, porque había pocos aparatos disponibles. Lídiya era muy pequeña y bajita y cada vez que los chicos volaban en su avión, yo tenía que ajustar los pedales del timón, y luego ajustarlos de nuevo cuando Lídiya iba a pilotar. Mis amigos me decían que yo siempre estaba con las piernas en alto, porque tenía que meterme de cabeza a la cabina para corregir los pedales».
Inna Pasportnikova, mecánica de Lídiya, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial.
Pero Lilia consiguió muchísimas más victorias, se atestiguan un total de 16 hasta su muerte, algunas en solitario, contra todo pronóstico y superando en su estilo a veteranos pilotos tanto soviéticos como alemanes. Esta chica, además, parecía tener una parte íntima e independiente en el combate, que se puso de manifiesto sobre todo tras la muerte de Salomatin, piloto con el que tuvo un romance. Desde entonces Lilia se mostró con más ira, si cabe, y más aguerrida, estando herida emocionalmente, no temiendo  encarar por libre muchas batallas. Alcanzó una fama, respeto y admiración inigualables, siendo condecorada con la Orden de la Bandera Roja, la Orden de la Estrella Roja, la Doble Orden de la Guerra Patriótica y Heroína de la URSS (aunque esto ocurrió ya en 1990 como veremos), también desempeñó el cargo de comandante del tercer Escuadrón, 73ª IAP de la Guardia Roja y fue subteniente de un grupo de élite de Cazadores por libre (en esta unidad dos pilotos de gran capacidad se elevaban para buscar blancos enemigos siguiendo su propio criterio). Esta chica combatió en las dos grandes batallas de la II Guerra Mundial del frente oriental, Stalingrado y Kursk, además de en otras. Fue precisamente en Kursk, tras la liberación de Stalingrado, donde perdió su vida. 

Todo el reconocimiento que esta muchacha tuvo en vida, sin embargo, fue olvidado en gran parte tras su muerte debido a las draconianas políticas estalinistas de considerar posibles traidoras a las desaparecidas durante la guerra. Esta política consistía en que aquellos que habían sido tomados prisioneros o habían desaparecido durante un tiempo pasaban a formar parte de un fichero de sospechosos por posible traición, ya que se deducía que podían haber facilitado información al enemigo si éste les había sometido a torturas. De este modo no pocos soldados soviéticos se vieron en la tesitura de que pasaban de ser prisioneros de los alemanes a luego ser prisioneros durante un tiempo en su propio país, por el que luchaban. Así algunos eran internados en campos de trabajo y sometidos a una especie de rehabilitación, de la que no todos salían airosos.

Lilia llevó a cabo su última misión en Kursk el 1 de agosto de 1943, en la cuarta salida de la jornada, mientras escoltaba a otros aviones hacia el frente. Fueron atacados por sorpresa y con el sol en contra por cazas alemanes. Lilia fue alcanzada, según sus compañeros  cayó sin saltar en paracaídas, lo que hace pensar que la hirieron de muerte in situ. La buscaron pero no dieron con ella, fue entonces cuando se aplicaron las directrices estalinistas de considerarla una posible traidora, a pesar de que los informes de su regimiento reflejaban que había sido posiblemente herida de muerte. La conmoción por la muerte de Lilia fue mayúscula, más si se considera la consternación debido al trato que le dio el gobierno soviético al asunto. Lilia fue en parte olvidada, pero su mecánica Inna Pasportnikova se lanzó durante 36 años a su búsqueda. En 1979 por fin se identificó el cadáver de Lilia en Donetsk y en 1990 fue condecorada con el máximo galardón del Estado, Heroína de la Unión Soviética, gracias a la lucha de su mecánica y de otros colaboradores. Actualmente Lilia posee un monumento en su honor en Krasnyi Luch (Ucrania).

Victorias de Lilia Litviak:


FechaLugarEnemigo derribadoPilotandoUnidadEn solitarioConfirmado
13.09.1942StalingradoBandera de Alemania Bombardero Junkers Ju 88
Heinkel He 111
Red star.svg Lavochkin La-5437 IAPNo
Bandera de Alemania ♠ Caza Messerschmitt Bf 109G pilotado
por el as Erwin Maier (triple Cruz de Hierro)
Red star.svg Lavochkin La-5437 IAP
27.09.1942StalingradoBandera de Alemania Bombardero Junkers Ju 88Red star.svg Lavochkin La-5437 IAP
Bandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Lavochkin La-5437 IAPNo
01.03.1943Frente OrientalBandera de Alemania Avión de ataque Junkers Ju 87 StukaRed star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
Bandera de Alemania Caza Focke-Wulf Fw 190Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAPNo
22.03.1943Rostov del DonBandera de Alemania Bombardero Junkers Ju 88Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
Bandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
05.05.1943Frente OrientalBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
07.05.1943Frente OrientalBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
31.05.1943Frente OrientalBandera de Alemania Globo de observación artillera protegido
por densos cinturones de Flak antiaérea
Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
16.07.1943Frente OrientalBandera de Alemania ♠ Caza Messerschmitt Bf 109 "con
un As de Picas pintado en el fuselaje"
Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
19.07.1943Frente OrientalBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
31.07.1943DonetskBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
Bandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
01.08.1943DonetskBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAPNoNo
01.08.1943DonetskDesaparecida tras ser derribada
por 4 cazas Messerschmitt Bf 109 Bandera de Alemania
Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADdiya_Litviak



¿Las brujas o los ángeles de la noche?

No sólo Lilia y el regimiento 586º de cazas destacaron en la liberación de la Unión Soviética y en la victoria sobre el nazismo, hubo otros dos regimientos de vuelo con mujeres extraordinarias que sembraron el pánico en las filas alemanas, fundamentalmente hablamos del regimiento de grandes bombarderos 587º y el 588º de bombarderos ligeros nocturnos. Los propios alemanes las llamaron las brujas de la noche:

«Nos era simplemente incomprensible que los pilotos soviéticos que nos daban tantos problemas eran en realidad mujeres. Estas mujeres no le temían a nada, venían noche tras noche en sus destartalados aviones, a no dejarnos dormir».

Johannes Steinhoff, piloto de la fuerza aérea alemana, considerado as de la aviación nazi.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Marina_Raskova


En efecto, las bombarderas nocturnas hacían unas misiones kamikazes, las cuales consistían habitualmente en acercarse de noche a los objetivos, cuando se aproximaban apagaban el motor para surgir de la nada sigilosamente y lanzar los torpedos alzando posteriormente el vuelo. Así hicieron un gran daño a los nazis, por eso las llamaban «las brujas de la noche». Por su parte, cuando los cazas derribaban a sus  contrincantes a veces usaban la tela de los paracaídas de los nazis para hacerse ropa interior femenina, ya que rara vez les dieron ropa interior a estas mujeres, algo totalmente vejatorio. De este modo combatían el machismo soviético y el nazi, desacreditando a la luftwaffe (fuerza aérea alemana); recordemos que una de las máximas de Hitler era que la mujer debía estar sometida a las tres K (Kínder -niños-, Kuche -cocina-, Kirche -iglesia-), lo que nos da una idea de la doble derrota  física y moral que sufrían los nazis cada vez que eran atacados por ellas. Pero si para los alemanes fueron las brujas, para el resto del mundo y para su pueblo fueron ángeles de la noche.

Las principales aeronaves que gobernaron estas mujeres:



Yavkolev. Yak-1. Con este avión Lilia alcanzó grandes victorias



Representación del Lirio blanco de Lilia en su caza












La-5. Con este modelo Lilia derrotó a los primeros aviones de la Luftwaffe










Bombardero pesado










Bombardero semiligero, muy usado por "las brujas de la noche"































Estas mujeres demostraron al mundo, a la patria de los soviets y a los nazis, que estaban empoderadas y se enfrentaron con sus actitudes y su forma natural de ser al patriarcado soviético, al tiempo que combatieron a los nazis, demostrando así que sin feminismo (feminismo del que ellas aún no eran conscientes ideológicamente aunque en muchos de sus actos lo practicasen) no sería posible la liberación de sus pueblos, ni sería realizable el socialismo. Conscientes o no de esta reflexión, lo hicieron, y eso es lo extraordinario de esta historia. Lo ordinario o lo normal debería haber sido no asombrarse de que la mujer pilotase aviones igual que cualquier hombre, es el matiz que debe quedar claro de este episodio. No pocas veces resaltamos aptitudes de mujeres desde una óptica patriarcal (como si fuera algo extraordinario a las fuerzas de la naturaleza que una mujer pueda hacer lo mismo que un hombre) cuando esto no es asombroso en sí, lo lastimosamente asombroso es que sus coetáneos se escandalizaran de que pudieran hacerlo.

Mujeres piloto
Por un lado resulta admirable lo que hicieron estas niñas, por lo jóvenes que eran y por las limitaciones que les imponía la sociedad de su tiempo, por otro es escalofriante considerar el nivel de patriotismo de chiquillas tan jóvenes, que debían aún estar pensando en un proyecto de futuro más seguro que la guerra, más si hablamos de un patriotismo revestido de cierto misticismo estalinista. Ese sea quizás el punto negativo de toda este extraordinario acontecimiento, el amor que tenían estas mujeres por Stalin como si fuese un mesías (algo que ocurría en muchos ciudadanos), unas más y otras en menor grado, y la influencia que en ellas ejerció un halo de misticismo teleológico imbuido por la propaganda institucional, como si la patria fuese una religión o una santidad. 

Pero, independientemente de esta idolatría ciega hacia su líder, su lucha fue legítima, heroica y de dominio público: repeler la invasión de las hordas nazis que intentaban aplastar a su pueblo, a sus familias, a sus padres y hermanos, porque siendo tan jóvenes ni tan siquiera tenían hijos aún; ni les interesaba. Sus vidas estaban llenas de otras inquietudes mucho más ambiciosas, aunque muchas tuviesen intención de procrear: el amor por la aviación, la defensa de su pueblo, aprender y crecer en la sociedad profesionalmente y no ser una mera mujer-objeto para procrear, sin más ambición que criar: «vivir sin un objetivo (y no se refería al objetivo de procrear precisamente) carece totalmente de sentido», afirmaba Masha Dólina.

Bibliografía 

Vinogradova, L.: Las brujas de la noche. En defensa de la madre Rusia. Ed. Pasado y Presente. Barcelona, 2016.
A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial.

Enlaces de prensa y páginas web

http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2016/04/12/570cd9c1e5fdea5f4f8b457a.html
https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADdiya_Litviak
http://wio.ru/aces/gal-f.htm
http://soviet-awards.com/digest/litvyak/litvyak1.htm
https://despuesdelhipopotamo.com/2016/09/06/brujas-noche-pilotos-stalin-nachthexen/

Enlaces de vídeos




https://www.youtube.com/watch?v=TDWfgbOxECA
https://www.youtube.com/watch?v=w1ogph2KHA0
https://www.youtube.com/watch?v=o178cOWFNEc
https://www.youtube.com/watch?v=nL4m_yPgNGA


Autor. Francisco González Oslé. Profesor de Geografía e Historia.