miércoles, 29 de enero de 2014

Las condiciones materiales como "determinismo en última instancia" y otros asuntos

Francisco González Oslé
Licenciado en Historia. Universiad de Cádiz
CAP. Universidad Complutense de Madrid


        Me dispongo a hacer una serie de aclaraciones, básicas y muy simples, pero no exentas de una gran importancia, a mi parecer, en diatribas propias de la historia como disciplina que busca el conocimiento científico.

      A menudo se ha acusado en los manuales de historia y en diversos ámbitos historiográficos al "materialismo histórico", es decir al método de Marx y Engels y sus sucesores para explicar procesos históricos, como determinista desde el punto de vista material o económico. Esto es fruto de una interpretación tradicionalista muy sesgada  y parcial de los textos marxistas. Se tiende a tener la idea de que lo que aparece en Marx como estructura económica condiciona a una superestructura formada por ideas, instituciones, cultura, política, etc. De este modo se ha llegado a acusar al materialismo histórico de determinista, mecanicista y básico. Nada más lejos de la realidad. No me propongo con esta reflexión hacer un ensayo o un dossier de los términos, conceptos y metodología del método materialista, pues eso sería inabarcable y puede que "infumable" para muchos de los lectores. Únicamente daré unas ideas claras, concisas e importantes sobre tres cuestiones:

- El mecanicismo económico de la escuela clásica escocesa. El liberalismo clásico de David ricardo, Adam Smith y otros autores, así como sus precedentes como el fisiocratismo, proceden de un corpus teórico que se fraguó a la par que nacía el capitalismo y el liberalismo económico.

En Inglaterra irán apareciendo una serie de teóricos que serán los padres de las teorías de la llamada economía política, teniendo como antecedentes a los fisiócratas (hombres como Tomás Mercado o Azpilcueta) que sentarán algunas de las bases de este pensamiento. Estos tutores del liberalismo económico y del libre mercado como Hume, Adam Smith, David Ricardo, estaban convencidos y se empeñaron en demostrar que la evolución del hombre estaba determinada por la evolución económica ("teoría de los cuatro estadios" de Hume), una evolución que al igual que el universo tiene un funcionamiento independiente que el hombre apenas puede controlar. Algo tan esencial, cotidiano y básico para cualquier familia se convertirá en un conjunto de leyes inteligibles sólo para los grandes economistas. La economía pasa a ser como un mundo celestial con sus propias leyes inalterables y éstas nos llevan a su vez al progreso por sí solas. Al igual que ocurre con el universo los hombres poco o nada pueden hacer por cambiar estas leyes que determinan la evolución de la humanidad hacia el capitalismo, último nivel de la evolución que extendería la riqueza y el progreso a todos los confines. Véase la claridad con que explica Fontana esta cuestión:
“Si el universo de Newton reflejaba la imagen de una comunidad humana jerarquizada, regida por el interés individual de los hombres, los planteamientos religiosos de los latitudinarios –nombre con el que se designaba a los antiguos puritanos que se habían acomodado a la Iglesia restaurada- contribuyeron a fundir ciencia, religión natural y concepción de la sociedad, hasta hacer aparecer la economía de mercado como algo natural, que traducía a la esfera humana el funcionamiento de las leyes del cosmos.

Joyce Oldham Appleby ha señalado que concebir la vida económica como parte del orden natural de las cosas exigía establecer “una pauta consistente de la conducta humana”. No podía haber análisis científico de la economía, si no se podían verificar determinadas regularidades en la forma de entender y actuar de los seres humanos”.
 El público burgués del siglo XVIII pedía a sus filósofos que nos mostrasen, dando vueltas en nuestra cabeza, sistemas planetarios en modelos reducidos, concebidos a la manera de los de Newton: puntos materiales o moléculas psíquicas, elementos indivisibles vinculados entre sí por un sistema finito de leyes exterior a ellos”.

 Con lo cual, a mi parecer, la economía del neoliberalismo se sigue fundamentando, doctrinariamente casi, en este mecanicismo; aunque luego emplea el aparato estatal para proteger este modelo, e incluso intervenir en él cuando es necesario.

- Las relaciones sociales como nexo de unión. Marx establece una crítica a esta economía y afirmará que la economía no existe por sí sola sino que esta condicionada por unas relaciones sociales que son las que producen ideologías, materiales, alimentos, política, cultura, economía, etc. Es decir lo fundamental son las relaciones sociales entre los hombres. Con lo cual se rompe ese mecanicismo del devenir económico en el que pareciese no intervenir la voluntad humana. Por lo tanto, el materialismo histórico no sólo no es determinista "en primera instancia", sino que nace de una crítica a teorías que si parecen deterministas y conciben la economía como algo con vida propia.

Más allá de todo ello, Marx y posteriormente historiadores que han revisado sus tesis, así como la escuela Annales, con historiadores como Marc Bloch, Lucien Febvre, Fernan Braudel, Pierre Vilar y un largo etcétera, todos ellos intentaron establecer nexos de unión entre los distintos factores que componen una sociedad; así  inauguraron el concepto de historia como una disciplina total que al tiempo que necesitaba de otras ciencias auxiliares, maduraba de la mano de ellas surgiendo el concepto de historia como ciencia social.

- Las condiciones materiales en el materialismo histórico. La cuestión de la importancia dada en el "materialismo Histórico" a las condiciones materiales (economía y necesidades básicas para que nos entendamos) es, bajo mi punto de vista, "en última instancia", o en el fondo, y no "en primera instancia".  ¿Esto que quiere decir?, pues que lo fundamental es alimentarse y abastecer unas necesidades básicas y fisiológicas. Una vez que los individuos de una sociedad tienen esas necesidades cubiertas y gozan, a su vez, de un mayor tiempo para el ocio y el cultivo físico y de la mente, la sociedad se hará más intelectual, más técnica, más racional y más compleja, entrando a condicionar la vida, sólo a partir de entonces,  otras elementos como las ideologías, la cultura, el derecho, etc. O lo que es lo mismo a mayor nivel de complejización de la sociedad menor determinismo directo hay de las condiciones materiales sobre el resto, apareciendo un mayor peso e influencia de otros factores que condicionarán nuestra vida diaria. No obstante, en "última instancia" ese grado de desarrollo social se ha alcanzado gracias a que las condiciones materiales y físicas están abastecidas, es por ello que hago hincapié en el concepto "última instancia" y en lo más profundo pero no en primera línea.

Así hay procesos históricos que no se tienen porqué explicar por condiciones económicas dadas sino por muchos factores en concatenación. Pero lo que está en el fondo de la cuestión es que si nos preocupa en extrema necesidad comer y abastecer unas necesidades fundamentales y ocupar, en su caso, largas jornadas laborales en conseguirlo, no podemos emplear tiempo ni espacio, probablemente, en nuestra mente para cultivar la ciencia, ni la cultura, ni el ocio, ni la técnica, sino llegar vivos al día siguiente.

Por todo ello, destaco la importancia de especificar el concepto "en última instancia" en el marxismo, cuando nos referimos a condiciones materiales o a la económia como un factor fundamental y determinante en determinadas circunstancias, en el fondo, pero no un factor que explique todos los procesos históricos por sí solo, pues eso sí que sería caer en el determinismo más simplista. Por lo tanto, el materialismo histórico de Marx y Engels y sus interpretaciones más modernas suponen un método más complejo y completo de lo que interesadamente se ha intentado proyectar por parte de las tendencias ideológicoas y económicas más conservadoras y neoliberales.





viernes, 24 de enero de 2014

Kámenev y Lenin vislumbrando un futuro de incertidumbre para la URSS


Kámenev y Lenin vislumbrando un futuro de incertidumbre para la URSS



      " Nos oponemos a la teoría del control individual, nos oponemos a la creación de un líder. No podemos considerar como normal, y pensamos que es perjudicial para el partido, que se prolongue una situación en la que la secretaría combina la política y la organización y, en realidad, decide por anticipado los rumbos políticos.

Lo que tengo que decir he de decirlo hasta el final. Porque se lo he dicho personalmente más de una vez al camarada Stalin (...): he llegado a la conclusión de que el camarada Stalin no puede realizar la función de unir al órgano supremo bolchevique".

                                                       Crítica de Kámenev en el XIV congreso del PCUS.




      "El camarada  Stalin, al convertirse en secretario general, ha concentrado en sus manos un enorme poder; y yo no estoy seguro de que él sepa usar siempre ese poder con la cautela necesaria. Por otra parte, el camarada Trotski, como se vio por su lucha contra el comité central sobre el comisariado del Pueblo para comunicaciones, se distingue no solo por su excepcional talento -no cabe duda de que es la persona más capaz del comité central-, sino también por el aspecto puramente administrativo de las cosas (...).

Stalin es demasiado rudo, y este defecto, que se puede tolerar en nuestras relaciones como comunistas, es inaceptable en un secretario general. Por lo tanto, propongo a los camaradas que traten de hallar la manera de sacar a Stalin de ese cargo y sustituirlo por otro que sea superior a Stalin en todos los aspectos, es decir más paciente, mas leal, más cortés, más atento a los camaradas, menos caprichoso (...)"

                                                             Carta de Lenin conocida como su testamento.