Lo que han perdido las mujeres del Este
"La mayoría de los sociólogos apostaba a que las condiciones
de vida de las mujeres del Este y del Oeste se armonizarían a corto o medio
plazo al ritmo del proceso de unificación; ¿era un pronóstico demasiado
optimista?. En 2007, por ejemplo, sólo
el 16 % de las madres de hijos de entre 3 y 5 años tenían un trabajo a tiempo completo
en el oeste del país, frente al 52 % en el Este. Y aunque el índice de
natalidad de la antigua RDA –extremadamente baja- ahora es comparable al del
Oeste, todavía subsisten grandes diferencias. En el caso del porcentaje de
nacimientos sin haber contraído matrimonio: el 61% en la parte oriental en 2009
frente al 26% en la parte occidental.
La población femenina de los nuevos Lander se vio particularmente afectada por los cambios sociales y
políticos surgidos con la unificación. EN la RDA, las madres, contrariamente a
las de la RFA, conciliaban sin problema vida familiar y vida profesional. La
absorción del Este por el Oeste provocó un aumento vertiginoso de su tasa de
desempleo y poner patas arriba completamente sus modos de vida, sus proyectos,
su confianza en sí mismas.
En toda Alemania, como en el resto de Europa, la tasa de
actividad de las mujeres creció considerablemente a partir de 1950, pero la
evolución en la RDA no tuvo la misma proporción que en el Oeste. A finales de
la década de 1980, el 92% de las alemanas del Este trabajaba, frente al 60% de
sus vecinas occidentales. EN este punto, la igualdad estaba a la vista –un hecho
casi único en el mundo-. Mientras que en el Oeste las mujeres orientaban sus
proyectos de vida según esquemas todavía muy impregnados por el imaginario familiar y
patriarcal tradicional, en el Este su independencia económica respecto al conyugue
era obvia."
Sabine kergel, en: Le
Monde Diplomatique en español. Mayo de 2015.
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