sábado, 17 de junio de 2017

Lilia Litviak y "las brujas de la noche"

MUJERES EN LA HISTORIA


LILIA LITVIAK Y  LAS BRUJAS DE LA NOCHE

Durante las dos grandes guerras del siglo XX el papel de las mujeres no sólo fue el de cuidadoras, enfermeras u operarias de fábricas, hubo una minoría que se embarcó en otro tipo de desventuras. Me llama la atención sobre todas ellas Lilia Litviak.

Lídiya Vladímirovna Litviak (Moscú, 1921-Donestk, 1943), más conocida como Lidia o Lilia Litviak, «la rosa blanca de Stalingrado». Lilia formo parte del que fue el único regimiento de cazas aéreo cien por cien femenino de la Segunda Guerra Mundial. Se convirtió en la más famosa y reconocida piloto de la historia de la URSS. Ello fue debido a que se unieron varios elementos en torno a la persona de Lilia Litviak, que la llevaron a pasar a la historia mundial de la aviación y de la lucha contra el nazismo: la situación de la mujer en la URSS en los años 30, la personalidad y las circunstancias de esta chica, la II Guerra Mundial y el contexto social y económico de la URSS; factores estos que iremos viendo.

Lidia Litviak
No obstante, Lilia no fue más que una de tantas mujeres que sembraron el terror en las filas de los ejércitos nazis entre 1942 y 1945. Mujeres que gobernaron tanques, que fueron francotiradoras, artilleras, mecánicas, pilotos, etc. 

El contexto. La mujer en la URSS y la personalidad de Lilia.

En los años 30 del siglo XX en la Unión Soviética existió una gran admiración por la aviación, proliferaban muchos clubes de vuelo civiles a los que muchos/as jóvenes se apuntaban con entusiasmo, había una concepción de la aviación en algunas regiones soviéticas como la que pudiéramos tener actualmente de algún deporte rey en cualquier país. Muchas jóvenes se apuntaban a dichos clubes y eran admiradoras de Marina Raskova,  la heroína de la URSS que había conseguido volar como navegante de norte a sur y de este a oeste el país más extenso del planeta, pasando 10 días sola en las estepas de Siberia tras un accidente, condecorada como Heroína de la URSS, el máximo galardón oficial de este inmenso país. 

Por otra parte, el impulso económico basado en la planificación quinquenal de Stalin, la necesidad de potenciar la economía y de superar las crisis de racionamiento, así como el objetivo de hacer de la URSS la primera potencia industrial del mundo, llevaron a los dirigentes a impulsar una campaña propagandística para que la mujer hiciese todo tipo de trabajos y funciones sociales, implicando a toda la sociedad en los proyectos soviéticos sin distinción de género (esto ofrece una idea de que, en gran parte, el impulso vino más por una necesidad económica del Estado que por una reflexión feminista de los líderes del PCUS).

Si bien la participación de la mujer en la sociedad soviética era relativamente más activa e íntegra que en muchas democracias liberales capitalistas, no obstante, seguían existiendo patriarcado y machismo, y el llamamiento a la igualdad se hacía desde cánones prejuiciosos machistas aún. Era más una propagación de la igualdad desde concepciones masculinas, guiada por hombres, y no partiendo originariamente de un empoderamiento y auto-organización femeninas. Aun así, a mediados de la década de los 30 del siglo XX se dio nuevo impulso a la igualdad de género; se propagaron carteles y consignas desde las instituciones y organismos oficiales. El OSOAVIAJIM (Asociación de Ayuda a la Defensa, la Aviación y la Industria Química) potenció la consigna «mujeres a pilotar aviones», este era el organismo encargado de la formación deportiva y militar de la juventud.

A finales de los años 30 ninguna profesión estaba vedada a las mujeres en la URSS y en lo que nos atañe existían ya auténticas leyendas de la aviación femenina, era el caso de mujeres como Vera Lomako, Polina Osipenko, Valentina Grizodubova o Marina Raskova. Osipenko, por ejemplo, pertenecía a una familia campesina de pocos recursos, sin embargo su tesón y las posibilidades que se daban en la URSS para inscribirse en clubes de vuelo a las mujeres, facilitaron que esta chica saltase de ser una humilde empleada en una granja avícola a convertirse en piloto, profesión no más digna pero sí mucho más cualificada y valorada. Con 28 años contaba con cinco marcas mundiales distintas en altitud, velocidad y distancia, en distintos aparatos además.

En 1938 Osipenko, Valentina y Marina Raskova, se dispusieron llevar a cabo un proyecto muy ambicioso, al que parece no prestaron demasiada atención expertos pilotos masculinos; volar a lo largo de la URSS sin escalas, de oeste a este.

"La notable ambición de aquel nuevo proyecto dejó sin aliento a pilotos expertos. Si la Unión Soviética ocupaba más de una sexta parte del planeta, ellas habían resuelto recorrer casi la totalidad de su territorio europeo y asiático, desde Moscú hasta Komsomolsk del Amur -lo que suponía llegar casi al océano Pacífico-, en un vuelo de seis mil kilómetros sin escalas".
Vinogradova, L.: Las brujas de la noche. En defensa de la madre Rusia. Ed. Pasado y Presente. Barcelona, 2016.

El vuelo estaba programado para 24 horas de duración, pero las cosas se complicaron. Durante el vuelo el frío congeló el transmisor y el receptor, debido a que tuvieron que subir más de lo estipulado por motivos de inclemencias climáticas, para esquivar turbulencias y ventiscas. Tras 26 horas de vuelo, el avión, un bombardero grande llamado Patria, comenzó a quedarse sin combustible; se vieron obligadas entonces a efectuar un aterrizaje forzoso, pero antes Marina Raskova tuvo que saltar en paracaídas, pues su puesto dentro del avión estaba demasiado cercano al morro, que sería la zona más vulnerable en el aterrizaje forzoso que se disponían a realizar. Finalmente Marina saltó, las otras dos chicas se salvaron en el aterrizaje. Raskova estuvo diez días sola por los bosques de Siberia malviviendo, con tan sólo una tableta y media de chocolate, hasta que encontró el avión en donde estaban los pilotos, médicos y todo el cuerpo de expedición que estaba buscándola. Tras esta hazaña heroica, Marina, recibió la condecoración de Heroína de la URSS. Estas chicas batieron un nuevo record de permanencia sin solución de continuidad en el cielo soviético; se hicieron famosas y las jóvenes querían parecerse a ellas.

Lilia Litviak fue una de esas jovencitas que admiraban a estas mujeres. Natural de Moscú, era osada, intrépida, arrojada, valiente y con pundonor, no se lo pensó dos veces y quiso entrar en el cuerpo de cazas del regimiento exclusivamente femenino que estaba preparando Marina Raskova para combatir al nazismo. Además Lilia era una de esas chicas que no tenía los prejuicios propios de la mujer que nace en una sociedad patriarcal. Por otro lado, contaba con los ingredientes típicos de la juventud de entre 14 y 20 años; ilusión, arrojo, imprudencia, inquietudes. Con esas edades probablemente una no teme al riesgo, aunque se sea madura y consciente del mismo; las ganas de nuevas experiencias pueden a la prudencia, más si se añaden los rasgos anteriormente citados y los estoicos valores propagados e inculcados en la sociedad soviética. Su valentía, pundonor y arrojo no eran menoscabo para ser presumida, coqueta y distinguida, como lo demostró arreglándose su propio uniforme con los complementos que consideraba oportuno o pintando un lirio blanco en su caza. Dicho lirio hacía alusión a su nombre, que en ruso significaba lirio, este desde lejos era percibido como una rosa, de ahí el sobrenombre «la rosa blanca de Stalingrado», batalla ésta en la que se hizo famosa. Una mujer que buscaba la originalidad y el toque personal en todo momento y que se ganó más de una reprimenda por no respetar las normas de uniformización y estandarización castrenses. La mirada de Lilia, como se puede comprobar en sus fotos, era segura, profunda, desafiante, penetrante, como un cuchillo, y estoica.   

«En la parte alta de la palanca tenía grabadas las iniciales LL de Lilia Litviak, que rayó con un cuchillo un día que estaba de guardia. Sobre el panel de instrumentos había escrito del mismo modo «mamá». Los pedales de la carlinga estaban separados del suelo tanto como era posible, porque ella era muy bajita».

Vinogradova, L.: Las brujas de la noche. En defensa de la madre Rusia. Ed. Pasado y Presente. Barcelona, 2016.


                                                          
Lilia y sus compañeras

Nacida en Moscú, Lilia, se inscribió con 14 años en un club de vuelo. A los 15 pilotó por primera vez, a los 16 obtuvo su carnet de piloto deportivo y con 19 años ya era instructora. Cuando Lilia se enteró de que la comandante Marina Raskova había recibido autorización directa de Stalin para crear el primer escuadrón femenino militar de las fuerzas aéreas soviéticas, no dudo en ofrecerse voluntaria. Para poder ser admitida en el regimiento de cazas Lilia exageró el número de horas de vuelo, finalmente fue admitida, a pesar de que Raskova se percató de ello; la admiración hacia el arrojo de esta mujer llevó a Raskova a incluirla a pesar de todo.

Lilia y su caza
Lilia y las mujeres voluntarias que fueron reclutadas por la comandante Marina Raskova en el otoño de 1941 tuvieron que escuchar, ya en la reunión a la que fueron citadas en octubre para el alistamiento, ciertos comentarios propios de una sociedad machista, no acostumbrada a ver a mujeres empoderadas, a pesar de los avances en este aspecto que se iban haciendo en este país. El soldado rojo que escoltaba a las chicas hacia el palacio de Petrovski, en Moscú, donde las reunieron para explicarles cómo se desarrollaría el alistamiento, afirmó: « ¿Qué os creéis, niñas? Cuando os vean con el abrigo y las botas, no va a haber ni un sólo hombre que os quiera llevar al cine». Los uniformes que recibieron por primera vez no eran menores de una talla 40, los pantalones les llegaban al pecho y los escotes de las camisas al ombligo, las botas les estaban grandes, los muchachos que también estaban presentes para el alistamiento en otros regimientos se mofaban de ellas. Las mujeres, muchas sin conocerse aún, cada una venida de distintos lugares, con sus historias personales, con su formación particular, se miraban cómplices ante dichas situaciones. No sería la primera vez que asistirían a semejantes sandeces, en los siguientes meses siguieron sufriendo este tipo de comentarios indignos, hasta que se empoderaron progresivamente y tuvieron que rendirles pleitesía a muchas de ellas, acabando por ser auténticas heroínas, superando en gallardía, actitudes y aptitudes a muchos hombres, como era natural y como no podía ser de otro modo.

Estas chicas tras unos meses de formación e instrucción en un aeródromo de Engels, donde fueron trasladadas desde Moscú, fueron separadas a los pocos meses, unas fueron al regimiento de grandes bombarderos, otras a bombarderos semiligeros nocturnos, otras a cazas; aquí empezó a destacar nuestra protagonista, Lilia, en el  586º regimiento femenino de cazas.

Lilia, como otras muchachas, llevó a cabo sus primeras misiones en la retaguardia, en Sarátov, en el verano de 1942, tras una larga y paciente espera; espera debida, por un lado, a la necesidad de instruir a mujeres tan jóvenes, muchos temían por sus vidas al ser chiquillas, y, por otro, a causa del machismo imperante y el menosprecio de sus capacidades y aptitudes. Es por ello que, tras meses de instrucción y cientos de horas de vuelo, consiguieron las pilotos de caza emplearse en las primeras misiones en Sarátov, en labores de retaguardia. Aunque su ansia e ilusión por estar a la vanguardia, en el frente, les hacía frustrarse no pocas veces y maldecir a sus superiores por menospreciar sus aptitudes por motivos de género. Esto da una idea del arrojo de estas jóvenes.

En septiembre de 1942 Lilia, junto con su amiga y compañera Katia, seis compañeras piloto y otras mujeres de tierra, fue adscrita a una unidad masculina, que paso a ser mixta, ahora sí en Stalingrado, la zona más conflictiva; participando así en la liberación de la ciudad. El ardor guerrero, la gallardía y la entereza de estas mujeres les llevaban, en lugar de amedrentarse o angustiarse a medida que se acercaban al frente, a sentir orgullo y alegría de servir fraternalmente a su pueblo contra la ocupación nazi.

Las grandes victorias de Lilia

Fue en Stalingrado donde Lilia empezó a destacar, derribando sus dos primeras «presas nazis». Una de estas victorias fue de las dos más sonadas de su trayectoria, el derribo del Messerschmidt que pilotaba el as de la aviación nazi Edwin Maier, condecorado con tres cruces de hierro y con once victorias a sus espaldas. Este piloto logró salvar su vida lanzándose en paracaídas, siendo atrapado como prisionero. Maier pidió ver a quien lo había derribado, su sorpresa fue mayúscula al comprobar que había sido una niña menuda de 20 años.


Algunas grandes batallas de Lilia y sus compañeras.
Fuente: elaboración propia mediante Google Earth

Otra de las grandes victorias de Lilia fue en mayo de 1943 estando ya en una unidad de élite, el 9º regimiento de cazas de la Guardia. Se presentó voluntaria para derribar un globo de observación artillera protegido con poderosas baterías antiaéreas. Estos globos se usaban para indicar a la artillería los blancos a los que atacar de manera más precisa. Era peligroso acercarse a ellos para derribarlos por su protección antiaérea y su cercanía al frente alemán. Lilia decidió cometer un acto de imprudencia y heroicidad para poder destruirlo, ya muchos otros pilotos masculinos habían fracasado en el intento. La maniobra era casi kamikaze; Lilia decidió atacarlo por detrás, es decir tuvo que recorrer decenas de kilómetros bordeando la línea de frente y esquivando las baterías antiaéreas alemanas, finalmente logró su objetivo de forma inconmensurable destruyendo el globo.

La mecánica de Lilia afirmaba lo siguiente:

«Algunas veces, los hombres pilotaban el mismo avión que Lídiya, porque había pocos aparatos disponibles. Lídiya era muy pequeña y bajita y cada vez que los chicos volaban en su avión, yo tenía que ajustar los pedales del timón, y luego ajustarlos de nuevo cuando Lídiya iba a pilotar. Mis amigos me decían que yo siempre estaba con las piernas en alto, porque tenía que meterme de cabeza a la cabina para corregir los pedales».
Inna Pasportnikova, mecánica de Lídiya, en A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial.
Pero Lilia consiguió muchísimas más victorias, se atestiguan un total de 16 hasta su muerte, algunas en solitario, contra todo pronóstico y superando en su estilo a veteranos pilotos tanto soviéticos como alemanes. Esta chica, además, parecía tener una parte íntima e independiente en el combate, que se puso de manifiesto sobre todo tras la muerte de Salomatin, piloto con el que tuvo un romance. Desde entonces Lilia se mostró con más ira, si cabe, y más aguerrida, estando herida emocionalmente, no temiendo  encarar por libre muchas batallas. Alcanzó una fama, respeto y admiración inigualables, siendo condecorada con la Orden de la Bandera Roja, la Orden de la Estrella Roja, la Doble Orden de la Guerra Patriótica y Heroína de la URSS (aunque esto ocurrió ya en 1990 como veremos), también desempeñó el cargo de comandante del tercer Escuadrón, 73ª IAP de la Guardia Roja y fue subteniente de un grupo de élite de Cazadores por libre (en esta unidad dos pilotos de gran capacidad se elevaban para buscar blancos enemigos siguiendo su propio criterio). Esta chica combatió en las dos grandes batallas de la II Guerra Mundial del frente oriental, Stalingrado y Kursk, además de en otras. Fue precisamente en Kursk, tras la liberación de Stalingrado, donde perdió su vida. 

Todo el reconocimiento que esta muchacha tuvo en vida, sin embargo, fue olvidado en gran parte tras su muerte debido a las draconianas políticas estalinistas de considerar posibles traidoras a las desaparecidas durante la guerra. Esta política consistía en que aquellos que habían sido tomados prisioneros o habían desaparecido durante un tiempo pasaban a formar parte de un fichero de sospechosos por posible traición, ya que se deducía que podían haber facilitado información al enemigo si éste les había sometido a torturas. De este modo no pocos soldados soviéticos se vieron en la tesitura de que pasaban de ser prisioneros de los alemanes a luego ser prisioneros durante un tiempo en su propio país, por el que luchaban. Así algunos eran internados en campos de trabajo y sometidos a una especie de rehabilitación, de la que no todos salían airosos.

Lilia llevó a cabo su última misión en Kursk el 1 de agosto de 1943, en la cuarta salida de la jornada, mientras escoltaba a otros aviones hacia el frente. Fueron atacados por sorpresa y con el sol en contra por cazas alemanes. Lilia fue alcanzada, según sus compañeros  cayó sin saltar en paracaídas, lo que hace pensar que la hirieron de muerte in situ. La buscaron pero no dieron con ella, fue entonces cuando se aplicaron las directrices estalinistas de considerarla una posible traidora, a pesar de que los informes de su regimiento reflejaban que había sido posiblemente herida de muerte. La conmoción por la muerte de Lilia fue mayúscula, más si se considera la consternación debido al trato que le dio el gobierno soviético al asunto. Lilia fue en parte olvidada, pero su mecánica Inna Pasportnikova se lanzó durante 36 años a su búsqueda. En 1979 por fin se identificó el cadáver de Lilia en Donetsk y en 1990 fue condecorada con el máximo galardón del Estado, Heroína de la Unión Soviética, gracias a la lucha de su mecánica y de otros colaboradores. Actualmente Lilia posee un monumento en su honor en Krasnyi Luch (Ucrania).

Victorias de Lilia Litviak:


FechaLugarEnemigo derribadoPilotandoUnidadEn solitarioConfirmado
13.09.1942StalingradoBandera de Alemania Bombardero Junkers Ju 88
Heinkel He 111
Red star.svg Lavochkin La-5437 IAPNo
Bandera de Alemania ♠ Caza Messerschmitt Bf 109G pilotado
por el as Erwin Maier (triple Cruz de Hierro)
Red star.svg Lavochkin La-5437 IAP
27.09.1942StalingradoBandera de Alemania Bombardero Junkers Ju 88Red star.svg Lavochkin La-5437 IAP
Bandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Lavochkin La-5437 IAPNo
01.03.1943Frente OrientalBandera de Alemania Avión de ataque Junkers Ju 87 StukaRed star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
Bandera de Alemania Caza Focke-Wulf Fw 190Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAPNo
22.03.1943Rostov del DonBandera de Alemania Bombardero Junkers Ju 88Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
Bandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
05.05.1943Frente OrientalBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
07.05.1943Frente OrientalBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
31.05.1943Frente OrientalBandera de Alemania Globo de observación artillera protegido
por densos cinturones de Flak antiaérea
Red star.svg Yakovlev Yak 1b9 GvIAP
16.07.1943Frente OrientalBandera de Alemania ♠ Caza Messerschmitt Bf 109 "con
un As de Picas pintado en el fuselaje"
Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
19.07.1943Frente OrientalBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
31.07.1943DonetskBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
Bandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
01.08.1943DonetskBandera de Alemania Caza Messerschmitt Bf 109Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAPNoNo
01.08.1943DonetskDesaparecida tras ser derribada
por 4 cazas Messerschmitt Bf 109 Bandera de Alemania
Red star.svg Yakovlev Yak 1b3–73 GvIAP
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADdiya_Litviak



¿Las brujas o los ángeles de la noche?

No sólo Lilia y el regimiento 586º de cazas destacaron en la liberación de la Unión Soviética y en la victoria sobre el nazismo, hubo otros dos regimientos de vuelo con mujeres extraordinarias que sembraron el pánico en las filas alemanas, fundamentalmente hablamos del regimiento de grandes bombarderos 587º y el 588º de bombarderos ligeros nocturnos. Los propios alemanes las llamaron las brujas de la noche:

«Nos era simplemente incomprensible que los pilotos soviéticos que nos daban tantos problemas eran en realidad mujeres. Estas mujeres no le temían a nada, venían noche tras noche en sus destartalados aviones, a no dejarnos dormir».

Johannes Steinhoff, piloto de la fuerza aérea alemana, considerado as de la aviación nazi.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Marina_Raskova


En efecto, las bombarderas nocturnas hacían unas misiones kamikazes, las cuales consistían habitualmente en acercarse de noche a los objetivos, cuando se aproximaban apagaban el motor para surgir de la nada sigilosamente y lanzar los torpedos alzando posteriormente el vuelo. Así hicieron un gran daño a los nazis, por eso las llamaban «las brujas de la noche». Por su parte, cuando los cazas derribaban a sus  contrincantes a veces usaban la tela de los paracaídas de los nazis para hacerse ropa interior femenina, ya que rara vez les dieron ropa interior a estas mujeres, algo totalmente vejatorio. De este modo combatían el machismo soviético y el nazi, desacreditando a la luftwaffe (fuerza aérea alemana); recordemos que una de las máximas de Hitler era que la mujer debía estar sometida a las tres K (Kínder -niños-, Kuche -cocina-, Kirche -iglesia-), lo que nos da una idea de la doble derrota  física y moral que sufrían los nazis cada vez que eran atacados por ellas. Pero si para los alemanes fueron las brujas, para el resto del mundo y para su pueblo fueron ángeles de la noche.

Las principales aeronaves que gobernaron estas mujeres:



Yavkolev. Yak-1. Con este avión Lilia alcanzó grandes victorias



Representación del Lirio blanco de Lilia en su caza












La-5. Con este modelo Lilia derrotó a los primeros aviones de la Luftwaffe










Bombardero pesado










Bombardero semiligero, muy usado por "las brujas de la noche"































Estas mujeres demostraron al mundo, a la patria de los soviets y a los nazis, que estaban empoderadas y se enfrentaron con sus actitudes y su forma natural de ser al patriarcado soviético, al tiempo que combatieron a los nazis, demostrando así que sin feminismo (feminismo del que ellas aún no eran conscientes ideológicamente aunque en muchos de sus actos lo practicasen) no sería posible la liberación de sus pueblos, ni sería realizable el socialismo. Conscientes o no de esta reflexión, lo hicieron, y eso es lo extraordinario de esta historia. Lo ordinario o lo normal debería haber sido no asombrarse de que la mujer pilotase aviones igual que cualquier hombre, es el matiz que debe quedar claro de este episodio. No pocas veces resaltamos aptitudes de mujeres desde una óptica patriarcal (como si fuera algo extraordinario a las fuerzas de la naturaleza que una mujer pueda hacer lo mismo que un hombre) cuando esto no es asombroso en sí, lo lastimosamente asombroso es que sus coetáneos se escandalizaran de que pudieran hacerlo.

Mujeres piloto
Por un lado resulta admirable lo que hicieron estas niñas, por lo jóvenes que eran y por las limitaciones que les imponía la sociedad de su tiempo, por otro es escalofriante considerar el nivel de patriotismo de chiquillas tan jóvenes, que debían aún estar pensando en un proyecto de futuro más seguro que la guerra, más si hablamos de un patriotismo revestido de cierto misticismo estalinista. Ese sea quizás el punto negativo de toda este extraordinario acontecimiento, el amor que tenían estas mujeres por Stalin como si fuese un mesías (algo que ocurría en muchos ciudadanos), unas más y otras en menor grado, y la influencia que en ellas ejerció un halo de misticismo teleológico imbuido por la propaganda institucional, como si la patria fuese una religión o una santidad. 

Pero, independientemente de esta idolatría ciega hacia su líder, su lucha fue legítima, heroica y de dominio público: repeler la invasión de las hordas nazis que intentaban aplastar a su pueblo, a sus familias, a sus padres y hermanos, porque siendo tan jóvenes ni tan siquiera tenían hijos aún; ni les interesaba. Sus vidas estaban llenas de otras inquietudes mucho más ambiciosas, aunque muchas tuviesen intención de procrear: el amor por la aviación, la defensa de su pueblo, aprender y crecer en la sociedad profesionalmente y no ser una mera mujer-objeto para procrear, sin más ambición que criar: «vivir sin un objetivo (y no se refería al objetivo de procrear precisamente) carece totalmente de sentido», afirmaba Masha Dólina.

Bibliografía 

Vinogradova, L.: Las brujas de la noche. En defensa de la madre Rusia. Ed. Pasado y Presente. Barcelona, 2016.
A. Noggle y C. White: Un Baile con la Muerte: aviadoras soviéticas en la Segunda Guerra Mundial.

Enlaces de prensa y páginas web

http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2016/04/12/570cd9c1e5fdea5f4f8b457a.html
https://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADdiya_Litviak
http://wio.ru/aces/gal-f.htm
http://soviet-awards.com/digest/litvyak/litvyak1.htm
https://despuesdelhipopotamo.com/2016/09/06/brujas-noche-pilotos-stalin-nachthexen/

Enlaces de vídeos




https://www.youtube.com/watch?v=TDWfgbOxECA
https://www.youtube.com/watch?v=w1ogph2KHA0
https://www.youtube.com/watch?v=o178cOWFNEc
https://www.youtube.com/watch?v=nL4m_yPgNGA


Autor. Francisco González Oslé. Profesor de Geografía e Historia.