martes, 16 de mayo de 2017

La otra Historia de la formación y desarrollo de la RDA


La otra Historia de la formación y desarrollo de la RDA

Reproduzco este interesante fragmento de una magnífica obra del eminente historiador y sociólogo Josep Fontana, Por el bien del Imperio:
 
"La documentación que ha resultado accesible en los últimos años demuestra que la intención de Stalin fue siempre la de buscar la reunificación, sin importarle que el resultado fuese una Alemania burguesa, con tal de asegurarse su neutralización en términos militares.

 Por iniciativa de Moscú, Otto Grotewohl, que fue presidente del Consejo de Ministros de la RDA desde 1949 hasta su muerte en 1964, pidió al gobierno de la República Federal que se reuniesen los dos estados para organizar elecciones libres en toda Alemania, de acuerdo con la ley electoral de la época de Weimar, con el fin de que se pudiera avanzar hacia la firma de un tratado de paz. La objeción de las potencias occidentales para rechazar la propuesta se basaba en que se les proponían unas elecciones controladas por las cuatro potencias ocupantes, y ellos las querían supervisadas por la ONU. Pero no se trataba más que de un pretexto. En momentos en que el interés de los EE. UU estaba centrado en el rearme de la Alemania occidental dentro de la órbita de la OTAN, no podían negarse abiertamente a una propuesta semejante, pero la evitaron embarcándose en una serie de <<tortuosos intercambios diplomáticos>>. En estos momentos estaban decididos a unificar Alemania a través de una victoria del oeste sobre el este, para que el ejército rojo se retirase tras las fronteras soviéticas.

En marzo de 1952  Stalin pidió que se celebrase una reunión de los cuatro grandes para preparar un tratado de paz con un gobierno de toda Alemania con el fin de formar un estado unificado, independiente, democrático y neutral, del que todas las tropas extranjeras se retirasen en el curso de un año. Un estado que no podría unirse a ninguna alianza militar contra países que habían combatido a Hitler, pero que podría mantener tropas para su defensa, producir armamento e integrarse en las Naciones unidas.

Nadie estaba en estos momentos por negociar -y menos que nadie el jefe de gobierno de la Alemania occidental, Adenauer, que incluso pretendía discutir las fronteras acordadas en Postdam-, lo que explica que un Stalin desengañado dijera en abril de 1952:  << Sería un error creer que se puede llegar a un compromiso o que los americanos aceptarán que se haga un tratado de paz. Los americanos necesitan tener su ejército en Alemania occidental para mantener la Europa occidental en sus manos. Dicen que tienen su ejército allí contra nosotros. Pero el propósito real de este ejército es controlar Europa >>. Una verdad que le había costado demasiado descubrir. Desvanecidas las esperanzas de unificación, Stalin hubo de aceptar para la Alemania oriental la política de <<transición al socialismo>> que hasta entonces había vetado, con el fin de asegurar el flanco occidental de sus propias fronteras."


Fontana, J.: "Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945"
Ed. Pasado y Presente.